El lenguaje oral se adquiere de forma natural,
en un proceso no consciente, ni planificado, que se inicia y desarrolla en un
entorno informal en el que se desea comunicarse con otras personas. Es
importante tener en cuenta, cuando hay que estimularla porque no se produce de
la forma habitual. Para que la adquisición se produzca deben cumplirse dos
requisitos: potencialidad de los dispositivos cerebrales, auditivos y visuales
y la existencia de un estímulo social, interacción con los usuarios de la
lengua. El déficit lingüístico acompaña a la deficiencia mental. El síndrome de
Down provoca además un problema grave en la maduración de las neuronas y de la
sinapsis (comunicación entre éstas).
El grado de las dificultades puede ir desde
los que muestran una simple pobreza en su vocabulario, pero cuyas
construcciones son correctas debido a su alto C.I, hasta los que utilizan un
lenguaje “autónomo”. Sea cual sea el sistema utilizado, oral o gestual, implica
el desarrollo de habilidades cognitivas por lo que toda persona con deficiencia
mental sufre en mayor o menor medida trastornos del lenguaje.
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