Es una
modalidad de intercambio que se observa entre el bebé y su madre durante las
actividades de cuidados amorosos que aseguran la supervivencia del bebé. El ser
humano nace en estado de incompletud, con un sistema nervioso a desarrollar y
madurar y un aparato psíquico a estructurar, lo que lo coloca en un estado de
indefensión y dependencia de los demás para hacer posible que su vida prospere.
Son los adultos significativos, ligados emocionalmente a ese bebé, quienes deberán
hacerse cargo de él para preservar su vida y ayudarlo a desplegar su potencial.